Pensar bien la distribución, utilizar el color blanco y aprovechar los rincones más desaprovechados son algunas de las ideas que te proponemos a continuación.
Hay una serie de tácticas que te ayudarán a potenciar las virtudes de tu casa a la vez que consigues hacer espacio. ¡Notarás el cambio!
LAS CLAVES PARA DECORAR TUS ESPACIOS
- Muebles. Diseños limpios con patas altas que estilizan y proporcionan amplitud visual. Las mesas redondeadas facilitan el paso.
- Minimalismo. Aplica la filosofía del menos es más. Menos cosas, más espacio (y más facilidades para limpiar).
- Cristal. Las lámparas transparentes son tendencia, las verás sobre todo agrupadas y colgantes. Los jarrones son un must en este sentido. Aprovecha los de color para crear intensidad.
- Paredes. Todo lo que vaya colgado ayudará a mantener las superficies despejadas. Estanterías altas, cuadros y tapices son sus grandes protagonistas.
- Colores. El blanco y otros neutros con notas de acento en cojines o detalles decorativos.
Confiar en el blanco como color principal
Los espacios pequeños necesitan luz y, sobre todo, engañar al ojo para hacer las estancias más amplias y altas. Los revestimientos de ladrillo blanco consiguen este efecto, además de dar textura y ¡quedan chulísimos!
- Cortinas. También en blanco y lo más ligeras posibles para dejar que entre toda la luz. Si te apetece mucho pueden tener un estampado ligerito. Otra opción es poner visillos y cortinas más gruesas pensando en el invierno ya que aíslan del frío, pero siempre en tonos suaves.
- Mobiliario. El estilo escandinavo sabe muy bien cómo adaptarse a los espacios pequeños. Para que no resulte frío puedes combinar los muebles blancos con detalles en madera en su tono más natural.
- Textiles. Lo ideal es mantener el blanco y los tonos crudos en los textiles principales. Si quieres darle vidilla juega con texturas distintas en la colcha (o en la manta de la siesta si se trata del salón) y añade pinceladas de color en los cojines.